CRECIMIENTO Y
DESARROLLO HUMANO EN EL AURA
Debido a su extensión entregaré este capítulo en los
siguientes artículos:
ENERGÍA V, se refiere al proceso de Encarnación
ENERGÍA VI, al nacimiento y la infancia
ENERGÍA VII, primera infancia y estado latente hasta los
siete años
ENERGÍA VIII, adolescencia y edad adulta
ENERGÍA IX, la madurez y la muerte
Como siempre, deseo que os sirvan de inspiración y de apoyo
en vuestra estancia en este mundo.
Para cubrir el campo de la experiencia humana desde el
nacimiento hasta la muerte y más allá de este recurriré tanto a la tradición
psicológica como a la metafísica. Si la metafísica no es del agrado del lector,
le ruego que la tome como una metáfora.
ENCARNACIÓN
El proceso de encarnación dura toda la vida. No es algo que
suceda al nacer y concluya en ese momento. Es necesario recurrir a términos
metafísicos para describirlo. La encarnación es el movimiento del alma orgánica
por el cual se irradian continuamente en dirección descendente vibraciones o
aspectos espirituales más elevados y tenues a través de los cuerpos aurales más
delgados hasta llegar a los más densos y, en último término, al cuerpo físico.
Estas energías sucesivas son utilizadas por el individuo, durante toda su vida,
para crecer.
Cada fase importante de la vida se corresponde con nuevas y
más altas vibraciones y con la activación de diferentes chakras. En cada fase,
por tanto, la personalidad dispone de una energía y una conciencia nuevas para
expandirse. Cada fase ofrece nuevas áreas de experiencia y aprendizaje. Desde
este punto de vista, la vida está llena de descubrimientos y retos estimulantes
para el alma.
El proceso de encarnación está dirigido por el yo superior.
Esta patita vital está contenida en la séptima capa del aura, el nivel del
patrón cetérico. Se trata de un patrón que cambia constantemente a medida que
el individuo realiza elecciones espontáneas en su proceso vital y de
crecimiento. Al crecer, el individuo amplía su capacidad de sustentar niveles
más altos de vibraciones/energías/conciencia hacia y a través de sus vehículos,
sus cuerpos aurales y sus chakras. De este modo se beneficia de realidades cada
vez más extensas a medida que avanza por el sendero de la vida. Con el progreso
de cada individuo progresa toda la humanidad. En general, cada nueva generación
es capaz de soportar vibraciones más altas que la precedente, de manera que la
humanidad toda se desplaza en su plano evolutivo hacia vibraciones más altas y
realidades expandidas. Muchos textos religiosos, como la Cábala, el Bhagavad
Gita o los Upanishads, mencionan este principio de la progresión de la raza humana.
El proceso de encarnación anterior a la concepción ha sido
expuesto por Madame Blavatsky y, más recientemente, por Alice Bailey, Phoebe
Bendit y Eva Pierrakos. Según esta última, el alma que se va a encarnar se
reúne con sus guías espirituales para planificar la vida futura. En esta
reunión, el alma y sus guías estudian las tareas que necesita la primera para
lograr el crecimiento, el karma que debe encontrar para asociarse y los
sistemas de creencias negativas que requiere para pasar por la experiencia.
Este trabajo vital se conoce generalmente como la tarea personal.
Según Eva Pierrakos, la cantidad de asesoramiento que recibe
un alma de sus guías en la determinación de las circunstancias de su vida
futura depende de su madurez. Se eligen padres que aporten las experiencias
ambiental y física necesarias. Estas elecciones determinan la mezcla de
energías que finalmente formará el vehículo físico en el que se encarnará el
alma para realizar su tarea. Tales energías son muy precisas y equipan al alma
con lo que necesita exactamente para dicha tarea. El alma se ocupa a la vez de
una tarea personal de aprendizaje individual y de una «tarea en el mundo» que
implica un don para la vida en sociedad. El diseño es tan exclusivo que al
cumplir la tarea personal se encuentra uno preparado para hacer lo propio con
la tarea en el mundo. La tarea personal libera al alma dejando escapar las
energías que se emplean para la tarea en el mundo.
El plan vital contiene muchas realidades probables, lo que
permite la libre elección entre numerosas opciones. Entretejida en este
entramado vital está la acción de causa y efecto. Creamos nuestra propia realidad.
Esta creación surge de muy distintas partes de nuestro ser. La creación no
siempre es fácil de comprender desde un sencillo nivel de causa y efecto,
aunque desde este punto de vista se puede entender gran parte de nuestra
experiencia. Uno crea, literalmente, lo que desea. La conciencia, la inconsciencia,
la superconciencia y la conciencia colectiva contienen los deseos individuales.
Todas las fuerzas creativas se mezclan para crear experiencia en numerosos niveles
de nuestro ser a medida que avanzamos por la vida. Por tanto, creamos desde la
fuente personal y grupal y, naturalmente, hay grupos pequeños dentro de otros
más grandes, todos ellos sumándose para producir el gran tejido de la
experiencia vital creativa. Desde este punto de vista es fácil contemplar la
riqueza vital con el espíritu maravillado de un niño.
Después de la «planificación», el alma entra en un proceso en
el que pierde poco a poco la conciencia del mundo espiritual. En el momento de
la concepción se crea una relación energética entre el alma y el óvulo
fertilizado. En este instante se forma, además, una matriz etérea que protege
al alma de cualquier influencia que no sea la de la madre. A medida que el cuerpo
crece dentro del vientre materno el alma empieza a sentir lentamente su
«arrastre» y se va conectando de forma consciente y paulatina con el cuerpo. En
un momento determinado, el alma cobra súbita conciencia de esta conexión; se
produce un poderoso destello de energía consciente que desciende hasta el
cuerpo en formación. Entonces el alma vuelve a perder su conciencia, para
despertar de nuevo, poco a poco, al mundo físico. Este poderoso destello de
conciencia corresponde al momento en que el feto empieza a dar señales de vida.
Reiki es un sistema de sanación que trabaja con la Energía
Universal a través de los chakras mediante la imposición de manos. El efecto
inmediato de Reiki es la relajación pero sus efectos van más allá ya que
conecta todas las capas aurales para que la conexión con tu verdadero Ser –tu
Yo Superior- se haga realidad de una forma más consciente.
TERAPIA Y CURSOS
DE REIKI
Facilitadoras:
Ascensión Menchón
García_Maestra de Reiki
María de Tíscar
Bosques Navarrete_Maestra de Reiki y Tarotista
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