TEJIENDO MUNDOS DE LUZ

lunes, 24 de noviembre de 2014

REIKI AL ALCANCE DE TU MANO



Cuando nos duele algo, el estómago o la cabeza, automáticamente nos llevamos la mano a ese lugar como si el simple contacto nos aliviara el dolor. De forma natural, sin ser conscientes de ello, aplicamos el fundamento del Reiki, una terapia milenaria japonesa para sanar a través de las manos que cada vez tiene más seguidores en todo el mundo.

Reiki, que en japonés significa “energía universal”, consiste en canalizar, a través de las manos, una poderosa fuente de vibración que está fuera de uno para sanar enfermedades tanto físicas como emocionales.

Al igual que la acupuntura o el shiatsu, esta técnica parte de una tesis muy sencilla: el ser humano es “todo energía”, afirmación que aunque parece muy esotérica comparte aspectos con la física cuántica. El Reiki sostiene que cuando la energía se bloquea, por cualquier circunstancia, se produce un malestar que puede derivar en enfermedad. La imposición de manos en la zona enquistada, donde la energía ha quedado encerrada, sirve para deshacer ese nudo que impide que la energía fluya y así devolver el equilibrio al organismo.

Reiki no solo es compatible con cualquier tratamiento médico, sino que actúa como reforzador de dicho tratamiento (en ningún caso se recomienda suspender la medicación por estar recibiendo Reiki). Además Reiki está reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como terapia alternativa; y en Reino Unido está incluido en el Sistema Público de Salud.

En España aún no hemos llegado tan lejos, pero ya se aplica en varios hospitales de Madrid como el Gregorio Marañón y La Paz debido a los buenos resultados que se han observado en los pacientes.

Quienes lo practicamos podemos asegurar que cuanto más Reiki haces, mejor te sientes. Tu salud está al alcance de tu mano.

CURSOS Y TERAPIAS DE REIKI
ASCENSIÓN MENCHÓN GARCÍA_ MAESTRA DE REIKI

lunes, 10 de noviembre de 2014

KARMA I

La clave a una acción sabia es una comprensión del karma


La ley del karma describe el modo en que la causa y el efecto gobiernan los patrones que se repiten a lo largo de toda la vida. El karma significa que nada surge por sí solo. Cada experiencia está condicionada por lo que la precede. Por lo tanto, nuestra vida está constituida por una serie de patrones interrelacionados. Los budistas dicen que comprenderlo es suficiente para vivir en el mundo de un modo sabio.
Las tendencias y hábitos de nuestra mente son patrones kármicos semejantes que repetimos una y otra vez. Dichos patrones y tendencias, a menudo, son más fuertes que nuestras intenciones conscientes. Sean cuales sean nuestras circunstancias, son los antiguos hábitos los que crean el modo en que vivimos.
Las circunstancias que se repiten a lo largo de mucho tiempo y las actitudes mentales, se convierten en la condición para lo que denominamos “personalidad”.
En la psicología budista, el condicionamiento kármico de nuestra personalidad se clasifica según tres fuerzas inconscientes básicas y tendencias automáticas de nuestra mente:
Tipos deseo, cuyos estados mentales más frecuentes están asociados con el apego, el deseo y el no tener bastante.
Tipos aversión, cuyo estado mental más corriente es alejar el mundo mediante la crítica, el disgusto, la aversión o el odio.
Tipos confusos, cuyos estados más fundamentales son el letargo, la ilusión y la desconexión, no sabiendo qué hacer con respecto a las cosas.

Cuando nos encontramos por primera vez con las fuerzas del deseo y la aversión, de la ambición y del odio, podemos creer que no son dañinas, un poco de deseo, un poco de confusión. Sin embargo, a medida que observamos nuestro condicionamiento, vemos que el temor, el apego y la fuga son, de hecho, tan determinantes, que gobiernan muchos aspectos de nuestra personalidad. Mediante la observación de dichas fuerzas, podemos comprobar cómo operan los patrones del karma.

Ascensión Menchón García: Maestra de Reiki
María de Tíscar Bosques Navarrete: Tarotista y Maestra de Reiki

lunes, 3 de noviembre de 2014

KARMA: EL CORAZÓN ES NUESTRO JARDÍN

El corazón es nuestro jardín y, acompañando a cada acto,
existe una intención que se planta como una semilla.
Podemos utilizar una navaja afilada para cortar a alguien,
y si nuestra intención es la de dañar, seremos unos asesinos.
Podemos llevar a cabo un acto casi idéntico pero,
si somos unos cirujanos,
la intención es la de curar y salvar una vida.
El acto es el mismo, pero dependiendo de nuestro propósito e intención,
puede ser un acto terrible o compasivo.


Ascensión Menchón García: Maestra de Reiki
María de Tíscar Bosques Navarrete: Tarotista profesional y Maestra de Reiki