COMO FUENTE DE VIDA
Quien no haya tenido problemas
con su madre a lo largo de su vida que levante la mano. Todos hemos sufrido
algún desacuerdo con nuestra madre, en algunos casos dichas desavenencias solo
han limado nuestra relación con ella de forma superficial y pasajera, sin
embargo, en otros casos han sido realmente profundas y dolorosas. Mas todas
provocan un rechazo hacia la madre, cuya figura se basa en el significado
implícito de vida y protección.
La figura de la madre es el
arquetipo de la vida. Quien rechaza a su madre, más o menos explícitamente,
está rechazando la vida.
Habitualmente, los hijos
demandamos de las madres mucho más de lo que ellas pueden darnos. Solemos exigirles
mucho más que a los padres. Sin embargo, el papel de la madre es el de dadora
de vida; así pues, el resto de sus cuidados supone más un regalo que una
obligación. Vista desde este punto de vista, la tarea de una madre es más
liviana y más justa para ella.
La madre nos da la vida y solo
por eso ya deberíamos estar agradecidos y honrarlas por ello. Agradecer y
honrar a la madre implica agradecer y honrar la vida. Si no lo hacemos así
deambularemos por la tierra sin rumbo, sin alegría y sin una presencia firme de
plenitud.
Un ejercicio muy poderoso de
agradecimiento es imaginar a nuestra madre frente a nosotros –a una distancia
en la que nos sintamos cómodos- y justo detrás de ella colocaremos una representarte
de la vida, ambas nos miran a los ojos. Una vez frente a ellas, agradecemos a
la madre el habernos dado la vida (puedes hacerlo mentalmente o en voz alta) y
te inclinas hacia ella en señal de reconocimiento.
Un segundo ejercicio consiste en
la misma escena, pero esta vez colocas detrás de ti una representante de tu
alma. Mira a la madre o a la vida –según lo necesites- y ve acercándote a ellas
con el apoyo de tu alma. No fuerces la situación, tal vez no seas capaz de
avanzar un solo paso; lo importante es estar ahí, sentir la presencia. En algún
momento, podrás llegar a la madre y abrazarla, y sentir también su abrazo
amoroso y liberador.
Abrazar a la madre implica
abrazar a la vida. Vivir tu propia vida aquí y ahora.
Ascensión
Menchón García
Maestra y
terapeuta de Reiki Usui
Terapeuta de
Reiki Karuna
Terapeuta de Técnica
Metamórfica
Masajista