TEJIENDO MUNDOS DE LUZ

martes, 21 de marzo de 2017

LA MADRE



COMO FUENTE DE VIDA



Quien no haya tenido problemas con su madre a lo largo de su vida que levante la mano. Todos hemos sufrido algún desacuerdo con nuestra madre, en algunos casos dichas desavenencias solo han limado nuestra relación con ella de forma superficial y pasajera, sin embargo, en otros casos han sido realmente profundas y dolorosas. Mas todas provocan un rechazo hacia la madre, cuya figura se basa en el significado implícito de vida y protección.

La figura de la madre es el arquetipo de la vida. Quien rechaza a su madre, más o menos explícitamente, está rechazando la vida. 

Habitualmente, los hijos demandamos de las madres mucho más de lo que ellas pueden darnos. Solemos exigirles mucho más que a los padres. Sin embargo, el papel de la madre es el de dadora de vida; así pues, el resto de sus cuidados supone más un regalo que una obligación. Vista desde este punto de vista, la tarea de una madre es más liviana y más justa para ella.

La madre nos da la vida y solo por eso ya deberíamos estar agradecidos y honrarlas por ello. Agradecer y honrar a la madre implica agradecer y honrar la vida. Si no lo hacemos así deambularemos por la tierra sin rumbo, sin alegría y sin una presencia firme de plenitud. 

Un ejercicio muy poderoso de agradecimiento es imaginar a nuestra madre frente a nosotros –a una distancia en la que nos sintamos cómodos- y justo detrás de ella colocaremos una representarte de la vida, ambas nos miran a los ojos. Una vez frente a ellas, agradecemos a la madre el habernos dado la vida (puedes hacerlo mentalmente o en voz alta) y te inclinas hacia ella en señal de reconocimiento. 

Un segundo ejercicio consiste en la misma escena, pero esta vez colocas detrás de ti una representante de tu alma. Mira a la madre o a la vida –según lo necesites- y ve acercándote a ellas con el apoyo de tu alma. No fuerces la situación, tal vez no seas capaz de avanzar un solo paso; lo importante es estar ahí, sentir la presencia. En algún momento, podrás llegar a la madre y abrazarla, y sentir también su abrazo amoroso y liberador.

Abrazar a la madre implica abrazar a la vida. Vivir tu propia vida aquí y ahora.


Ascensión Menchón García
Maestra y terapeuta de Reiki Usui
Terapeuta de Reiki Karuna
Terapeuta de Técnica Metamórfica
Masajista

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