EL CAMPO ENERGÉTICO
HUMANO O AURA HUMANA
Localización de los siete chakras principales |
El campo energético humano es una manifestación de energía
universal íntimamente vinculada con la vida humana. Usualmente se denomina
aura, y ha sido descrito como un ente luminoso que rodea el cuerpo físico y penetra
en él, y que emite su propia radiación característica. El aura es la parte del CEU
asociada con los objetos. El aura humana, o campo energético humano (CEH), es
la parte del CEU relacionada con el cuerpo humano. Basándose en sus observaciones,
los investigadores han creado modelos teóricos que dividen el aura en varias
capas, a veces denominadas cuerpos, que se interpenetran y rodean mutuamente en
capas sucesivas. Cada cuerpo subsiguiente está compuesto por sustancias más
finas y «vibraciones» más altas que el cuerpo al que rodea y en el que penetra.
Las siete capas del
campo aural
La primera, tercera, quinta y séptima capas tienen una
estructura definida, mientras que la segunda, la cuarta y la sexta están
compuestas por sustancias semejantes a fluidos, sin estructura determinada. Cobran
forma por el hecho de que atraviesan la estructura de las capas impares y, por
ello, adoptan en cierto modo la de las capas estructuradas. Cada capa sucesiva
penetra y atraviesa por completo todas las situadas debajo, incluyendo el
cuerpo físico. Así, el cuerpo emocional se extiende más allá del cuerpo etéreo,
e incluye tanto a éste como al cuerpo físico. En realidad, ninguno de los
cuerpos es una «capa», aunque sea así como lo podemos percibir, sino una
versión más expansiva de nuestro yo que lleva dentro otras formas más
limitadas.
Desde el punto de vista del científico, cada capa puede ser
considerada como un nivel de vibraciones más altas, que ocupan el mismo espacio
que los niveles de vibración situados debajo y que se extienden más allá.
Tenemos, por tanto, siete cuerpos, todos los cuales ocupan el
mismo espacio simultáneamente, cada uno extendiéndose más allá del último, algo
a lo que no estamos acostumbrados en la vida cotidiana «normal».
Existe un flujo vertical de energía que palpita hacia arriba
y hacia abajo por el campo en la espina dorsal. Se extiende al exterior, más
allá del cuerpo físico, por encima de la cabeza y por debajo del cóccix. El campo presenta torbellinos turbulentos de
forma cónica denominados chakras.
Las siete capas y
los siete chakras del campo aural
Cada capa parece distinta y tiene su propia función. Cada
capa del aura está relacionada con un chakra. Es decir, la primera capa está
asociada con el primer chakra, la segunda con el segundo chakra, y así sucesivamente.
La primera capa del
campo y el primer chakra están relacionados con
el funcionamiento del cuerpo y la sensación física (sentir dolor o placer
físicos). La primera capa guarda relación con el funcionamiento automático y autónomo
del cuerpo. La segunda capa y el segundo chakra se relacionan, en
general, con el aspecto emotivo de los seres humanos. Son vehículos de nuestra
propia vida y de nuestros sentimientos emocionales. La tercera capa está asociada con nuestra vida mental, con el
pensamiento lineal. El tercer chakra
está relacionado con el pensamiento lineal. El cuarto nivel, que se relaciona con el chakra del corazón, es el
vehículo por medio del cual amamos, no sólo a nuestra pareja, sino a la
humanidad en general. El cuarto chakra es el que metaboliza la fuerza amatoria.
Por su parte, el quinto nivel está relacionado
con una voluntad más elevada que tiene mayor conexión con la voluntad divina, y el quinto chakra se asocia con el
poder de la palabra, dando ser a las cosas mediante ella, escuchando y aceptando
la responsabilidad por nuestras acciones. El
sexto nivel y el sexto chakra están asociados con el amor celestial, que se
extiende más allá del alcance del amor humano, abarca toda la vida y establece una
declaración de cariño y apoyo para la protección y el alimento de toda vida.
Mantiene todas las formas de vida como precisas manifestaciones de Dios.
Finalmente, la séptima capa y el séptimo
chakra guardan relación con el pensamiento elevado, el conocimiento y la integración
de nuestra formación espiritual y física.
Existen, por tanto, lugares específicos dentro de nuestro
sistema energético para las sensaciones, las emociones, los pensamientos, los
recuerdos y otras experiencias no físicas de las que damos cuenta a nuestros
médicos y terapeutas. La comprensión de la forma en la que nuestros síntomas
físicos están relacionados con estas posiciones nos ayudará a comprender la
naturaleza de las distintas dolencias, y la diferencia entre los estados de
salud y de enfermedad. De este modo, el trabajo con las energías de nuestros chakras puede ser un puente
entre la medicina tradicional y nuestras preocupaciones psicológicas.
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García_Maestra de Reiki
María de Tíscar Bosques
Navarrete_Maestra de Reiki y Tarotista
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