TEJIENDO MUNDOS DE LUZ

miércoles, 8 de junio de 2016

HÁBITOS ADQUIRIDOS



ACUMULANDO NUEVAS EXPERIENCIAS


Nuestra experiencia de vida se basa en los hábitos adquiridos. La mayoría de dichos hábitos los asimilamos desde pequeños. Aprendemos a manejarnos imitando a nuestros padres y a las personas de nuestro entorno cercano. Se trata de esos rasgos familiares tan necesarios para sentirnos acogidos y partícipes de un mismo clan. Nos protegen del aislamiento y nos ayudan a sobrevivir en un mundo reglado.
Los años se suceden inexorablemente y nuestra vida ha tomado un rumbo que no nos satisface; o el camino es el deseado, pero los resultados no lo son. Y solo vemos dos opciones: mantenernos y aceptar la situación, o realizar cambios y echarle valor.
Si elegimos la primera opción, conservamos una situación de vida que nos disgusta; aunque, por otro lado, nos sentimos seguros en nuestra pequeña cueva porque conocemos –y muy bien, debido a la experiencia acumulada- los entresijos de la resignación, la ira, el desengaño y la melancolía. Lamentamos la vida que nos ha tocado vivir, pero nos estancamos en ella. Apreciamos el refugio de lo conocido, pues el cambio siempre entraña novedades que no podemos prever ni controlar. Hasta aquí todo es muy lógico. Quien no tiene miedo a lo desconocido no es valiente, sino temerario.
Ahora bien, si optamos por la segunda alternativa nos espera un recorrido con altibajos emocionales de los que desconocemos su intensidad y su prolongación en el tiempo. Ante dicha perspectiva nos preguntamos si el esfuerzo vale la pena. La respuesta es siempre SÍ, adelante. Aventurarnos a una vida plena y satisfactoria supone un conocimiento profundo de uno mismo. Para lograr el éxito en nuestra empresa sacamos a la luz todos los hábitos adquiridos a lo largo de los años. Hábitos conscientes e inconscientes que repetimos en cada situación que se nos presenta. Una vez reconocidos dichos hábitos, elegiremos aquellos que siguen siendo válidos y desecharemos los obsoletos.
Durante la transición entre lo viejo y lo nuevo, surgen momentos de estar en el pozo (artículo “Vacío y soledad”, jueves 21 de abril, en este blog) y que pasarán como lo hacen las nubes por el cielo. Una estrategia para ayudarnos a agilizar el proceso es acumular nuevas experiencias y afianzarlas en nuestra mente.
Acumular nuevas experiencias consiste en estar atentos y plenamente conscientes de esos instantes novedosos y agradables que se están produciendo debido a los nuevos hábitos que estamos adoptando. Algunos de esos instantes son fugaces, pero están ahí. Lo que pretendemos es que se afiancen para prolongarlos en el tiempo y que pasen a formar parte de nuestra nueva forma de vivir la vida. Solo se necesita práctica, sabemos que para aprender cualquier conocimiento o habilidad se necesita experiencia, la cual se adquiere con la práctica, con el hábito. Al principio se requiere una voluntad algo forzada, pero con el tiempo podemos convertirnos en expertos, hábiles y competentes en el arte de disfrutar de la vida.

Ascensión Menchón García
Maestra y terapeuta de Reiki
Terapeuta de Técnica Metamórfica

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