TEJIENDO MUNDOS DE LUZ

lunes, 16 de marzo de 2015

SANACIÓN VI


Algunas personas acuden a los sanadores con una idea errónea del papel que desempeñan tanto los sanadores como ellos mismos. Esto es así porque están acostumbrados a acudir a un profesional de la medicina alopédica (tradicional) para que el médico los cure, dando por hecho que ellos son un ser aparte de la dolencia incapaces de hacer nada en el proceso de su propia curación. En realidad, esto no es así.
Cada uno de nosotros somos responsables de nuestra salud y esto es así porque todos tenemos la semilla del sanador en nosotros. Así, el sanador es un facilitador, una persona con ciertos dones que ha ido desarrollando a lo largo de su vida, mediante estudio y práctica. Y quien acude a un sanador también es un sanador en potencia, sanador de sí mismo y, también, de su entorno.
En los siguientes artículos hablaremos de cómo se desarrolla un sanador y de cómo debemos compartir el proceso de sanación, tanto desde el punto de vista del profesional como desde el del paciente.
Por su longitud, dividiré este bloque dedicado a “La sanación” en los siguientes epígrafes que iré publicando en las próximas semanas:
LA SANACIÓN I: MI EXPERIENCIA. DEDICACIÓN
LA SANACIÓN II: PRUEBAS. CÓMO VENCER EL MIEDO
LA SANACIÓN III: LA VERDAD. LA VOLUNTAD DIVINA
LA SANACIÓN IV: EL AMOR. LA FE
LA SANACIÓN V: MANEJAR EL TIEMPO. EL PODER. LA GRACIA
LA SANACIÓN VI: ¿QUIÉN ESTÁ CURADO?
LA SANACIÓN VII: EJERCICIOS PARA AVERIGUAR SI SE ESTÁ PREPARADO PARA SER                SANADOR 
EJERCICIOS PARA CONSIDERAR LA NATURALEZA DE LA SANACIÓN

Como siempre, deseo de todo corazón que os sea de ayuda para encontrar vuestro camino.

¿QUIÉN ESTÁ CURADO?
El sanador debe recordar que para lo que trabajamos es para curar el alma. Es importante que los sanadores entiendan la muerte en ese sentido y que traten a la persona total, no a su encarnación. La curación no ha de abandonarse por el mero hecho de que el paciente se esté muriendo físicamente.

Cuando se trata de entender lo que hacemos como sanadores, es importante tener presentes dos cosas: en primer lugar, que existe un profundo significado en la experiencia de la enfermedad que tenga cada persona; en segundo lugar, que la muerte no implica fracaso, sino una probable curación. Para recordar esto, el sanador debe vivir en dos mundos, el espiritual y el físico. Solo estando centrado dentro de sí mismo y del universo podrá pasar por la experiencia de ser testigo ininterrumpido del profundo dolor que se halla tan extendido en la humanidad.

-          Pero ¿si creamos nuestra enfermedad, no será acudir al sanador una forma de desviarnos del trabajo en nosotros mismos, de actuar sobre la fuente de la enfermedad?

-          Todo depende de por qué se acude al sanador, y a quién se recurre. Es una estupenda pregunta y, si se me permite decirlo, es la pregunta que nuestro sanador se ha hecho a sí mismo en innumerables ocasiones. ¿Qué es la responsabilidad y, en consecuencia, qué hay que dar y qué se debe recibir?; y si se visualiza algo, ¿debemos darlo a conocer? Las preguntas son infinitas y, sin embargo, hay una realidad fundamental básica que debe tranquilizar. Cuando llega el momento de comprender que quizá exista otra forma de curar, ello quiere decir que se ha abierto la puerta, que la conciencia ha llegado más allá de lo físicamente manifestado por los médicos. Ahora bien, no estoy denigrando en modo alguno a la profesión médica. Los doctores hacen un excelente trabajo; algunos están guiados en gran medida, y no tienen reparos en admitirlo en privado. Hay otros que, aunque practiquen la profesión médica o cualquier otra para ganarse la vida, simplemente no tienen conciencia de determinadas cuestiones y, en ciertos casos, ya no podrán tenerla. Lo que no quiere decir que sean malintencionados, crueles, depravados o perversos; solo significa que no han llegado a tal área de conocimiento.

Al encontrar la llamada para pasar al área de la curación espiritual (no digo curación psíquica, sino curación espiritual) se produce la conciencia espiritual, y el sanador y los espíritus que están allí para trabajar con él te dan la bienvenida. Ahora bien, frecuentemente no se produce la curación esperada. A menudo se produce, quizá, una identificación y un alivio de la incomodidad, pero no un milagro. ¿Qué quiere ello decir? Significa que en un determinado punto existe un límite para la conciencia. Significa que hay algo más que aprender; que hay algo más que saber. Porque cada cuerpo físico es un aula, y cada enfermedad, una lección. No en sentido punitivo, ya que el texto lo ha escrito uno mismo; eres tú quien ha elegido tu propio cuerpo para llevar con él toda la debilidad que, ciertamente, se puede decir que es genética, ya que tu abuelo o tu abuela tenían algo de ella. Pero recuerda que también a ellos los elegiste tú. Por tanto, ¿tienes que confiar en tu cuerpo no sólo en la enfermedad, sino especialmente en ella, por lo que te dice? Hay muchas formas de escuchar esto, y un sanador espiritual cualificado puede tener la máxima eficacia en este caso ayudándote a escuchar lo que tu cuerpo te dice. Tú eres, a decir verdad, uno de los que mejor puede entenderlo, ya que tu cuerpo se ha formado dentro de tu lenguaje y es a ti, directamente, a quien está hablando. Sin embargo, un especialista en curación espiritual puede alterar de nuevo esa conciencia de la unicidad y alinearla con la verdad. La capacidad de mantener esa verdad o de curar un cuerpo enfermo en ese momento depende de tantos factores que ahora no podría ni empezar a enumerarlos. Pero tú mismo estás perfectamente capacitado para hacerlo. Si, en último caso, se produce lo que en términos humanos se denomina un fallo (si alguien muere) debes considerarlo como un afortunado acontecimiento. Tu alma ha culminado la tarea y está esperándote un nutrido y jubiloso comité para darte la bienvenida en tu realidad primaria. Después de todo, nuestro ser físico no estaba destinado a ser infinito. No hemos venido a este mundo para permanecer eternamente vestidos con esa ropa.

Por tanto, no hay fallos en la curación espiritual, sino solo pasos. No te asuste realizar la imposición de manos en otros con amor y compasión. No dudes en rogar por alguien. No exijas resultados, porque no hay forma de saber con seguridad lo que necesita cada alma concreta. Entiendo que ello exige -o tal vez parece exigir- una increíble cantidad de fe.

TERAPIA Y CURSOS DE REIKI
Si necesitas ayuda, Reiki es una potente herramienta de sanación que puede ayudarte y facilitarte tu proceso de autoconocimiento. Ponte en contacto con nosotras y concertamos una cita. Estamos preparadas para acompañarte en tu camino. Rellena el “Formulario” que está a la derecha de este artículo o llámanos, encontrarás el teléfono en la pestaña “Contacto” en la parte superior de este blog.

Ascensión Menchón García_ Maestra de Reiki

María Bosques Navarrete_ Maestra de Reiki y Tarotista profesional

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