TÚ PUEDES CON ELLA
La pereza es un estado de
inacción provocado por un sentimiento –muchas veces falso- de incapacidad
personal que te impide avanzar hacia el objetivo que te has propuesto.
En algunas ocasiones, la pereza
surge de forma puntual simplemente porque nos sentimos cansados o porque la
tarea que hemos de emprender no resulta muy motivadora. En el primer caso,
conviene permitirse un descanso que nos reforzará para volver más adelante con
nuevos ánimos; en el segundo, lo mejor es no pensarlo mucho y comenzar cuanto antes
para que la mente no provoque más incordio respecto a la faena en cuestión.
Sin embargo, a veces, la pereza
se cronifica y es entonces cuando hay que actuar con más cautela. Puede que tú mismo
provoques la apatía –de forma inconsciente o, mejor dicho, de forma velada- porque
te sientes cómodo en un estado de indolencia. A pesar de saber que la inanición
te hace infeliz, te hallas en terreno conocido. Estar encarcelado (física,
mental o emocionalmente) resulta desagradable, pero la familiaridad del entorno
crea un lazo tan fuerte de seguridad que eludimos la responsabilidad de salir
del encierro.
La pereza puede convertirse en
una fortaleza que –falsamente- nos protege de lo desconocido y de futuras
frustraciones que, por el momento, solo se proyectan en nuestra película
mental. Pero, tranquilos, podemos liberarnos con unas pautas sencillas:
- Inicia una actividad concentrándote en el resultado que te reportará en el futuro. Con el tiempo, la actividad en sí misma te producirá beneficio a corto plazo y finalmente la propia actividad se habrá convertido en un disfrute.
- Recompénsate al finalizar dicha actividad; si cuando no la realizas ya te castigas mentalmente por no llevar a cabo tus planes, puedes darle la vuelta a la tortilla y recompensarte por su realización
- Permítete equivocarte; al menos te mantienes en acción aunque el resultado no sea el que esperabas.
- Ponte un plazo tanto para al inicio como para el final de las tareas.
- Recuerda que las metas han de ser equilibradas. Sueña a lo grande si quieres –vuela alto-, pero luego vuelve al presente y a tus capacidades actuales y avanza a pasitos pequeños; así, además, si te caes no tendrás mucho de qué lamentarte.
- Y, por favor, sé siempre amable contigo mismo; pase lo que pase, perdónate siempre y de corazón tus errores.
Ascensión
Menchón García
Maestra y
terapeuta de Reiki Usui
Terapeuta de
Reiki Karuna
Terapeuta de
Técnica Metamórfica
Si necesitas
más información o quieres solicitar cita para una sesión de Reiki Usui, Reiki
Karuna o Metamórfico ponte en contacto conmigo a través del “Formulario”, a la
derecha de este artículo, o en la pestaña “Contacto” de este blog.
Si te
apetece, deja un comentario sobre este artículo. Me gustaría conocer tu
opinión.
Sígueme en facebook.com/ascension.mg
y en twiter @Ammagnetica
No hay comentarios:
Publicar un comentario