TEJIENDO MUNDOS DE LUZ

viernes, 27 de enero de 2017

INSOMNIO



ESTADO DE ALERTA


Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos padecido insomnio, ese perverso estado que nos impide dormir y descansar por la noche.

En unos casos, vamos a la cama, apagamos la luz y empezamos a dar vueltas y más vueltas sin ser capaces de conciliar el sueño. Otro tipo de insomnio, tal vez menos conocido aunque muy corriente, es aquel en el cual la persona se acuesta cansada y se duerme sin dificultad; sin embargo, al cabo de unas horas se despierta como si se hubiera encendido un clic en su interior, a partir de ese instante le resulta prácticamente imposible volver a un sueño profundo.

Ambos tipos de insomnio comparten una actividad: la mente se dispara y construye pensamientos en bucle a una velocidad desorbitada provocándonos ansiedad e irritabilidad. Si dicha situación se convierte en crónica, sin duda, puede conducirnos a la desesperación, pues los seres vivos necesitamos dormir para que nuestras funciones biológicas y nuestro sistema emocional se mantengan saludables.

Ante el insomnio, los consejos básicos y efectivos son:

  • Tomar una cena frugal
  • Una ducha caliente antes de irnos a la cama
  • Beber una infusión relajante
  • Habituarnos a un horario fijo
  • Si no somos capaces de dormir, resulta mejor levantarnos y realizar alguna actividad en lugar de dar vueltas en la cama
  • No llevarnos el trabajo al dormitorio

Además de dichas recomendaciones, hay que tener en cuenta que el insomnio, como la fiebre, no es una enfermedad sino un síntoma de que algo en nuestro interior no marcha correctamente.  Nos hallamos en un “estado de alerta” debido a causas diversas:

  • Depresión
  • Ansiedad
  • Menopausia
  • Dolor por alguna enfermedad
  • Preocupaciones: económicas, familiares, laborales, etc.

Los estados de alerta tienen su origen en la mente, que es una máquina siempre en funcionamiento: esa es su naturaleza y resulta infructuoso intentar doblegarla o manipularla, pues entonces –al sentirse agredida- se defiende esforzándose más en su empeño por controlar(nos). No debemos enfardarnos con ella porque entonces estamos cayendo en su propia trampa. Suele dar resultado dejarla a su aire, quitarle importancia, intentar desdoblarnos hasta darnos cuenta de que nosotros no somos nuestra mente, sino que la mente es una parte de nosotros: como las manos, las piernas o los riñones. Cuando una parte de nuestro cuerpo se descontrola no nos enfadamos con ella: si me hago un esguince en el tobillo no me irrito con el tobillo, lo cuido. Cuando la mente intenta tomar el control, no me enfado con ella, sino que la cuido con diversas técnicas como la meditación, ejercicios de respiración, haciendo deporte y terapias de Reiki, entre otras.

Cuidemos de nuestra mente y ella cuidará de nosotros; convirtámosla en nuestra aliada.

Ascensión Menchón García
Maestra y terapeuta de Reiki Usui
Terapeuta de Reiki Karuna
Terapeuta de Técnica Metamórfica


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